Imagina entrar en una habitación donde no hay ventanas o alguna luz, pasar a través de ella sería evidentemente más lento y errático, no podrías aprovechar ni saber todo el potencial de ese espacio. Solo basta con una fuente de luz por mínima que sea para que instantáneamente se revele lo que hay y se obtenga la claridad e información necesaria para saber como interactuar y desplazarse de la forma deseada.
Lo mismo sucede con nuestro cuerpo, que es mucho más que partículas sólidas de materia, en realidad somos una inteligencia viva y energética por naturaleza. Toda forma de vida incluyendo los humanos, plantas y animales existen en un estado de resonancia vibratoria única a su especie, la cual determina sus condiciones y patrones de vida. A la energía que circula en todo ser vivo se le ha llamado de muchas formas fuerza vital, Chi o Prana, en esencia es la luz que circula por cualquier organismo vivo. Es la corriente electromagnética que rodea y regula a todos los procesos biológicos y energéticos.
Detrás de cada célula, órgano e interacción psíquica o biológica, el cuerpo humano es uno de los generadores/receptores de ondas y frecuencias sutiles más poderosos de la naturaleza. En conjunto, todas las vibraciones que generamos alimentan una red de energía sutil que es una extensión de nuestra anatomía biológica que apenas se comienza a comprender pero que ya conocían los milenarios chinos, egipcios o hindúes, llamado entre muchos términos; Cuerpo Sutil.
La salud es equivalente al mantenimiento y correcto desempeño de ésta red energética que circula por el cuerpo, la cual no solo permite la intercomunicación del organismo como un todo, es la base que mantiene los ritmos cerebrales, cardíacos y que abastece al cuerpo de la información que necesita para funcionar óptimamente.
Cuando se irrumpe esta red ya sea por agentes externos o internos, se crean irregularidades en el flujo electromagnético, lo que hace que las células no se comuniquen eficazmente entre sí.
Y donde entra la luz en todo esto?
Cada interacción de energía que realizamos ya sea comer, respirar, observar, hablar, escuchar o cualquier intercambio de vibraciones que recibimos de otras personas y lugares, todo posee una carga energética. Decimos que algo nos gustó o nos desagradó, tuvo buena o mala energía, nos animó o drenó, debido principalmente a la cantidad de energía electromagnética que nos aporta o desgasta.
En cuestión del agua, aire o los alimentos se dice que algo es más puro o de vibración elevada cuando proviene de lugares y materias primas que poseen altas cantidades de energía electromagnética (índice de fotones), lo que potencia sus propiedades como sabor, aroma y concentración de sus beneficios. La base primordial de esta pureza es el agua ya que mientras más cristalina y transparente es, más capacidad tiene de retener y transmitir la luz y las propiedades benéficas que se le atribuyan.
Los átomos de tu cuerpo son básicamente 99% espacio vacío y lo demás solo energía.
Además es sabido que somos 80% agua, – elemento conductor eléctrico por naturaleza -.
Por ello es que dependemos de las mismas cualidades que el agua tiene para ser benéfica: transparencia y fluidez.
La biofotonutrición es la correcta nutrición de información lumínica que reciben las células.
La luz es el nutriente energético por naturaleza
Posee la información vibratoria original.
Estimula la generación y comunicación celular.
Restaura las estructuras energéticas.
Nutre las dinámicas y ciclos de los órganos.
Los fotones que recibimos de la luz del sol, atraviesan cada átomo y ayudan a limpiar y nutrir las células de lo que les haga falta.
Cuando se reciben fotones en abundancia ya sea en comidas con alto contenido de luz, emociones positivas o estar en la naturaleza, esto se refleja mostrando los atributos de la luz: brillo, vitalidad, luminosidad y transparencia que son cualidades que se observan a simple vista en la piel, los ojos o en nuestro estado de ánimo general.
La mayor fuente de fotones sin duda el sol. Sin embargo con la controversia que existe actualmente ante la calidad de los rayos UV y la alta radiación en algunos lugares, la gente no está recibiendo su dosis de fotones necesaria aun estando en lugares con alta luminosidad. Esto hace imprescindible buscar medios que nutran las células y a las diferentes partes del cuerpo como las terapias de luz, sonido o a base de imanes, las cuales ayudan a restaurar y reordenar la información que el cuerpo ha olvidado, de formas amables y en armonía a los ritmos naturales.
Si introducimos al cuerpo frecuencias densas, naturalmente nuestra materia será menos fluida y transparente, haciendo la comunicación celular más deficiente debido a que la información no circula libremente.
Cuando frecuencias de una calidad energética menor entran a nuestro campo surgen síntomas como:
Cansancio / Fatiga
Bruma mental
Falta de apetito o exceso de apetito
Pobre absorción de nutrientes
Depresión / desánimo / Altibajos emocionales
Pérdida de la capacidad de las células de auto regenerarse
Y muchas más…
¿QUÉ COSAS QUITAN FOTONES AL CUERPO?
Estrés y Ansiedad
Campos Electromagnéticos Artificiales, Wifi, antenas de celular
Focos de Mercurio
Comida procesada
Plásticos / Dioxinas
Medicinas Químicas
Contaminantes Ambientales
Humo de tabaco
Agua estancada
Emociones Negativas
Toxinas Acumuladas
¿ QUÉ COSAS APORTAN FOTONES?
Luz solar/ Terapias de luz-color
Frecuencias armónicas (sonidos sanadores)
Emociones positivas
Caminar descalzo en la tierra
Estar en la naturaleza, bosques
Agua viva y en movimiento
Ejercicio, movimiento
Comida viva, brotes, súper-alimentos
Tacto Humano
Respiración rítmica
En conclusión…
No es lo mismo una manzana cultivada en suelo fértil con agua cristalina y fertilizantes naturales que una que fue manipulada genéticamente, en un suelo desgastado y cultivada bajo condiciones forzadas y con nutrientes artificiales. Tampoco es lo mismo respirar el aire de un bosque después de llover a respirar el aire de una zona industrial. Es por esto es que la CALIDAD de luz y agua que consumamos determina realmente la vitalidad y longevidad de las células y con ello del resto del organismo, y sobre todo es la FRECUENCIA de nuestras EMOCIONES y PENSAMIENTOS los que definen qué tan alta es la capacidad de nuestro cuerpo para circular la energía vital y desechar lo que no es benéfico para el cuerpo, con ello siendo más capaces de tener un CAMPO ENERGÉTICO fuerte que nos proteja de cualquier alimento, lugar, persona o frecuencia de bajo contenido electromagnético.