Quiero invitarles a tomarse un momento para dimensionar que este año es un portal de proporciones inmensas, que marca otro paso importante en el ciclo de ‘Despertar de la Consciencia’ que comenzó en 1968 se activo en 1987 y se potenció en 2012. El 2024 continúa ese halo transformador impulsado con la llegada del Dragón de Madera en el año chino, unido al cambio de Plutón en Acuario que la última vez que esto sucedió acontecieron eventos como la Revolución Francesa, y por si no fuera poco nos toca un Eclipse total de Sol en México después de 33 años, número cargado de mucho poder.
Todos estos aspectos energéticos se han ido cocinando desde el inicio del año e irán subiendo su ‘fuego’ cada vez más, activado por procesos como el eclipse que pasará por México y EEUU – ambos países con elecciones muy volátiles que traen mucho detrás -, elevando la actividad volcánica y sísmica, además de todo lo potenciado en días como esta semana que celebramos el Equinoccio de primavera/otoño.
Equinoccio viene de ‘equilibrio’ donde existe un balance y se propicia la posibilidad de reconciliar nuestra dualidad, buscando ese centro donde nuestra luz y oscuridad, consciencia e inconsciencia, caos y orden se pueden unir e integrar. Esto se los comparto desde el anhelo de inspirarles a estar MUY PRESENTES de donde ponen su energía en este año y sobre todo de hoy al eclipse del 8 de abril.
La energía del dragón es caos y creación, fuego y transmutación es un arquetipo que representa al fuego interno que todos tenemos, y que este año ES EL AÑO PARA SACARLO ya que sino ese fuego nos puede quemar dentro de formas inesperadas o salir explosivamente de otras que puedan dañarnos a nosotros y a otros, ya que es el momento de elegir de una vez por todas, hacia dónde nuestro corazón quiere dedicar sus latido, hacia el Miedo o hacia el AMOR.
El escenario está preparado para que las Líneas del Dragón Cósmico se sincronicen con la red energética de la Tierra, anclándose en nuestro planeta. Esta alineación, predicha en antiguas profecías, está posicionada para iniciar uno de los cambios cósmicos más increíbles jamás presenciados por la humanidad, catalizando un evento llamado de muchas formas en tre ellas: ‘La Bifurcación de las Líneas de Tiempo’.
Esto significa que a lo largo de este año será más evidente que el mundo de hoy es el resultado de las decisiones tomadas a lo largo de la historia. Y que individualmente nuestras vidas son reflejo de las prioridades y elecciones que hemos hecho. Estas elecciones, sembradas como semillas, ahora están brotando en nuestras vidas como los conflictos, desafíos, incomodidades que nos brindan la oportunidad de aprender algo que falte.
Esta transformación cósmica ya está en marcha, y es discernible para quienes prestan atención, a medida que los pueblos del mundo se encuentran más polarizados que nunca. Están comprometidos en una lucha colectiva por la libertad, los valores y la soberanía, los derechos fundamentales de la humanidad.
Estos derechos sólo pueden realizarse a través de una vida vivida en Unidad con lo Divino. Buscarlos por razones equivocadas o en lugares equivocados sólo puede desconectarnos aún más de las leyes naturales que gobiernan el universo. En este momento, a cada uno de nosotros se nos pide una elección. Debemos decidir si defender el amor, la paz, la compasión, el perdón, la misericordia y la bondad, o abstenernos.
Es una elección de defender la verdad más grande, practicándola desde nuestros pensamientos, emociones, palabras y acciones que generan dos cargas principales: expansión o contracción, ambas fuerzas ahora mismo jalan la una de las otras, una queriendo subirnos a otra octava de consciencia la otra bajarnos a repetir todo desde abajo. En cada momento podemos elegir cómo reaccionar y qué hacer con cada pedazo de nuestra energía que invertimos.
Es importante tener esto en cuenta, porque tu cuerpo físico, emocional, mental y espiritual emite frecuencias que en cada instante esculpen tu realidad y la de otros, mientras más conscientes seamos de esto, más potente es nuestra intención y poder de influenciar el microcosmos (nuestro cuerpo y vida) y con ello ayudar a restablecer el equilibrio del macrocosmos (el universo y todas las dimensiones).
Hoy más que nunca es importante saber discernir: ¿Estoy invirtiendo mi energía de la forma más óptima para mi, la tierra y todos los seres vivos? Qué puedo hacer para irme moviendo hacia ahí?